Atención personalizada al cliente con independencia de la cuantía del asunto, tratamos que el cliente se sienta atendido y protegido; no atendemos “asuntos” sino clientes.
Fidelidad. El cliente que encarga un asunto a Bolonia Abogados nunca recibirá la certeza del éxito del encargo dado que ni el derecho es una ciencia exacta, ni las sentencias de los Tribunales un silogismo perfecto, pero de lo que no le quedará ninguna duda es que los profesionales que integran el Despacho no van a escatimar esfuerzo alguno en defender sus intereses con el menor coste posible y con la mayor de las fidelidades.
Honradez y honestidad. Rechazamos los asuntos que estimamos deban ser atendidos por otros despachos, recomendando al cliente su encargo a quien estimemos adecuado para la defensa de sus intereses. Aceptado un asunto, el interés de nuestro cliente prima sobre el nuestro propio.
Información veraz sobre las posibilidades de éxito del asunto que se nos encomienda por el cliente, quien siempre tiene derecho a conocer con la mayor precisión que sea posible los riesgos y ventajas de iniciar una actuación procesal o extraprocesal.
Información puntual al cliente sobre la marcha de sus asuntos; la demora de la Administración de Justicia provoca que, en ocasiones, el cliente se sienta “olvidado” por su abogado; por ello, en forma periódica informamos a nuestros clientes sobre la situación de sus encargos y éste puede acceder a su expediente, vía Internet, en tiempo real, conociendo puntualmente todas las actuaciones.
Prevención del conflicto. Asesoramos para evitar que se produzca el conflicto, o en caso de producirse, para que nuestro cliente esté en el mejor de los escenarios posibles. No tememos los pleitos, pero lo mejor que podemos hacer por nuestros clientes es evitárselos, por ello intentamos negociar, hasta que la contraparte no nos deja más opción que acudir a los Tribunales.
Transparencia en relación a nuestros honorarios. El cliente tiene derecho a conocer, previamente a la encomienda del asunto, el coste aproximado del procedimiento o encargo; igualmente, a la finalización del asunto, a conocer con rigor los criterios seguidos en la minutación y la justificación de cada uno de los suplidos cargados.